Sus manos eran humanas, al igual que su cara y sus pies, quien lo veía no hallaba gracia alguna en el, era como uno más pero con un don especial. Al cantar y tocar su guitarra sus manos dejaban de ser humanas, su cara y sus pies se transformaban haciendo de el un ánge lleno de gracia, como ningún otro.
María José Baracaldo
Para un ángel de la música.
Lectores en el mundo, ya sea en España o en Colombia, Parios o África esto es para ustedes, para noches frías llenas de amor o quizás de soledad. Esto es suyo, esto les pertenece. Compartamos entre versos.
miércoles, 22 de octubre de 2014
viernes, 17 de octubre de 2014
miércoles, 24 de septiembre de 2014
Mis poemas ya no saben a ti, ya no llevan tu nombre; a excepción de este por supuesto. Pues no hace mucho que comprendí que lo tuyo no fue más que una perdida de tiempo que no valio nada, ni las heridas, ni las sonrrisas. No fue más que una falsa, una mentiras triste que nos hacía muy feliz. María José Baracaldo
miércoles, 6 de agosto de 2014
lunes, 28 de julio de 2014
Cada paso hacía adelante era uno atrás,
cada impulso que tomaba se devolvía en mi contra,
por más que intentará escapar siempre volvía al mismo lugar,
me perdí a mi misma en el acto fallido de encontrarme,
cansada; bajé mis brazos esperando a que el mismo tiempo
me levantará y me llevará a otro lugar, sin embargo
sigo aquí sentada en el mismo lugar.
María José
martes, 15 de julio de 2014
jueves, 10 de julio de 2014
domingo, 6 de julio de 2014
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