viernes, 18 de septiembre de 2015

Veía sus labios hablar mientras pretendía escuchar, mientras mis manos lo acariciaban, mientras mi  mente lo callaba con besos mentales; mis ojos lo veía justo al frente de mí, sus ojos me miraban, el sonreía y yo seguía escuchando sin escuchar, sus labios seguían hablando y mi mente seguía besándolo. Lo quería, realmente lo hacía, es más puedo decir que lo quiero un poco más.
Sus labios se detuvieron, ya no se movían, ya no sonreían más, ahora sus ojos analizaban el entorno, sus ojos me  analizaban y yo, yo lo abrazaba.
Quizás el pensó que yo estaba ausente, distante, quizás; pero no, yo estaba allí junto a él, junto a su alma, sintiendo su corazón latir, yo estaba allí. Entonces... Si yo estaba allí ¿Por qué no lo escuchaba? ¿Por qué no hablaba? ¿Por que permanecía en silencio?... Porque ese momento, tan efímero y utópico, dentro de mi, de mi ser pasaban 1 a 1 las razones por las cuales lo quería y no pude decirlo... No pude hablarle, agarrarle y decirle "Te quiero" Sí, esa frase repetida. "Te quiero por  mil  años o nada, te quiero este y más instantes" Y no pude convertir besos mentales en besos reales, no pude apretarle las costillas para sentirme viva. Yo tenía una vida antes de él, yo vivía antes de él pero no sabia lo que se sentía estarlo hasta que me encontré en medio de sus brazos, de su calor, si eso, su calor que hacia que yo ardiera como mil demonios pero también su frialdad, esa que hacia que buscara refugio en él, en sus labios, en su abrazo, en su cama, en la mía, la de su hermana incluso en la frontera
No, no pude mirarlo más pues era imposible no mirar sus ojos sin quererlo un poquito más, sin querer que me llevará a su mundo. La música en el fondo, lejana de mis pensamientos y él... ¿En qué piensa? ¿Por qué su mirada es tan fría? ¿Pensará en mí? ¿Me querrá con la misma intensidad que yo lo hago? Entonces mi mirada se apaga y seguro que el piensa que no lo quiero, que no estaba allí, que pensaba en otro, esa era la ciudad café.
Ahora el calla mientras mientras mis labios hablan, el me mira quizás hasta se ría, mis labios se movían pronunciando estas palabras, frases y letras tatuadas en este papel que solo le pertenecía a él.
Y por fin pude decir "Te quiero este y mas más instantes, aquí, sí, aquí en tu habitación sobre muy cama o allá cerca a la frontera, te quiero por mil años o nada."


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